viernes, 9 de diciembre de 2016

II

II

Dudar del viento
del frío de noches espesas
de humos jadeantes
girando para no tocarse.

Dudar del suspiro como si supiera
que blanco el barco parte
cuando es su fortuna
no volver.

Se remoja la incerteza
de tormentas irritadas
como fantasmas de tubérculos
cuya sangre vive y solo drena.

Desarraigo la lucha
que el almácigo ha llorado
y llorará hasta su alivio
hasta su fin y sosiego.

Arránquenme
de mi juicio.
para transitar
sublimada a los sueños.

Corten mi tallo
que ha probado
marchitarse.

Viertan el agua
en una fuente más digna.


Fraccionen mi tierra ya repartida. 

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