V.
Quiero curtir
la nieve
frondosa
de encauzar el
sentir
frío de esta
mañana.
El parásito
afiebrado
mantiene la ilusión
de un sueño enclaustrado
en un palafito.
Entregué alguna
vez
el juvenil
sosiego
que
familiarizaba
la esperanza.
Flotaba como
hábito
acorazado,
como si el
hambre:
opacara.
En una pecera
nadaban
pacientes
los peces
enfermos
sudando.
Sudando para
nadar ligeros
sus torsos.
Para el
desahogo:
sus versos
honrados.
Persiguen hoy
sus aletas
de detalles
hermosos.
Evitan las
grietas pigmeas
condecoran su
piel de culto.
Escapan luego
de vidrios rotos
así sus cantos
vibran
en curiosos
poemas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario