Redención una mesa el ruido de un tren al irse una ciudad una mano no sabe cómo se entra pero abre tus lágrimas y vuelve con tu rostro a la tierra De "Notas salvajes" pag. 73 Editorial Argonauta, Buenos Aires 1989
1 comentario:
Anónimo
dijo...
El oído aguzado espera espera espera el tañido de un bronce fulgurante, despertante, asesino de esperpentos y animador de alientos.
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El oído aguzado espera
espera
espera
el tañido de un bronce
fulgurante,
despertante,
asesino de esperpentos
y animador de alientos.
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