domingo, 24 de septiembre de 2017


Te resistí en cariño
en drogas que nos pulverizaron:
la nieve atrapada
en nuestras narices.
Y me quedé encorvada
te di la espalda.

Si tan solo haber cerrado
los ojos
cerrado mi cuerpo mis puños
cerrado mi boca mis piernas
te lo hubiera impedido,
hubieras parado.

Mis pupilas atragantadas
te lloraban cuerpo
te lloraban caricia

Miraste
la ventana abierta
el frío de la sábana

Vaciaste gimiendo
mi mirada
no quedó nada
no quedó nada.





1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué se hace
cuando la luna pinta los cuerpos
de negro y de azul
y no hay llama que sobreviva.

Cuando lo que fue fuego ferviente
hasta el fin, hasta siempre,
se apaga sin torrente
y se entierra sin velorio.